Este pasado 30 de diciembre, Morena determinó quién será su candidato a la gubernatura de Michoacán, imponiendo la voluntad de una minoría sobre la de la mayoría. La dirigencia tomó esta decisión faltando al compromiso de tener reglas claras y respetarlas. Durante casi un año, 42 encuestas demostraron que las preferencias de los michoacanos me son favorables. Desafortunadamente, una decisión de escritorio terminó pesando más que la voluntad popular. Dicha decisión no resiste ningún análisis, político, estadístico o de otro tipo. Se consumó una imposicion.
Por esto, dejo claro que no respaldaré a quien resultó seleccionado. Ni siquiera aquellos que fraguaron esta decisión creen que el perfil seleccionado sea una opción ganadora, su candidatura nace manchada y con olor a fraude.
No respaldaré esta decisión porque es necesario marcar una raya con quienes endeudaron al estado, tuvieron pactos y recibieron sobornos de Odebrecht y cobijaron a personajes corruptos como Carlos Ahumada, además de que sumergieron a Michoacán en una crisis de violencia e inseguridad. Nuestro estado necesita encontrar la salida de la crisis que enfrentamos los michoacanos. Es obvio que la solución no la tienen quienes son justamente los responsables de que el endeudamiento haya pasado de 157 a 40 mil millones de pesos, hipotecando nuestro futuro.
Hay diferencias de fondo con quienes quieren que prevalezcan cacicazgos que han dañado a Michoacán y han sido los autores de la imposición. Esas diferencias no sólo son políticas, son éticas y morales. Nadie puede coincidir con las acciones y el camino que dichos personajes construyeron para nuestro estado. La sociedad no coincide con ello. Yo tampoco.
Michoacán requiere un gobierno de unidad, conciliación y esperanza. Con ese propósito, iniciamos un movimiento al que se han sumado personas provenientes de todos los sectores y todas las regiones, que comparten el propósito de que nuestra entidad salga adelante y supere la crisis de violencia, inseguridad, endeudamiento y estancamiento economico. Esas aspiraciones son las que nos impulsan hacia adelante, sabedores de que la mayoría de nuestro pueblo las apoya.
He recorrido el estado y en todas partes he encontrado el ánimo de superar esta situación, la mayoría cree firmemente que debemos construir una alternativa de cambio verdadero para salir adelante. Sí es posible un futuro mejor. Ratifico que me mantengo firme y comparto el propósito de millones de michoacanos y michoacanas para que el estado salga de este difícil período histórico.
Con el respaldo de la gente seguiré adelante, ya que hay otras vías y caminos por los que se puede lograr que Michoacán no repita los momentos dolorosos que ha vivido. No cejaré en mi empeño de que vengan mejores tiempos para Michoacán.
De antemano, manifiesto mi respaldo al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y a su propósito de lograr la Cuarta Transformación del país; así lo he demostrado como legislador, construyendo el andamiaje jurídico que México requiere para que el presidente logre sus objetivos.
Aspiro a ser gobernador de Michoacán porque sé que se requieren acciones contundentes para detener el hundimiento del estado y porque cuento con el apoyo de muchos hombres y mujeres que ven la crítica situación de nuestro estado y con los que comparto el mismo propósito de ver una mejora en sus condiciones de vida y el reclamo de que el gobierno garantice la seguridad, la salud, la educación, el crecimiento economico, el bienestar social y el cuidado del medio ambiente.
Mi confianza en el cambio verdadero de Michoacán es inquebrantable y con la fuerza de la gente, seguiré adelante con mi convicción. Muchas gracias.